¿Cómo y por qué? No da derecho alguno a atacar a un individuo al margen de nuestra relación o tratándose de un desconocido. No es la primera vez que mencionamos estos hechos, sin tener la certeza de que regresaremos al lugar de donde partimos. Lo triste es que continúa la misma “sensación” según algunos, mientras que para nosotros es un hecho más de inseguridad. Hechos reiterados tal vez por un simple par de zapatillas o por un celular. Sin olvidarnos los famosos “locos del volante” quienes ponen fin a una vida en menos de un segundo.
En ambos casos van libres por la vida reiterando tales episodios con total indiferencia. Por pasar un semáforo en rojo sin tener idea de que sucede a su alrededor. Por uno u otro motivo, individuos desubicados, con sus mentes alteradas, destruyen vidas como así también familias, las que jamás se recuperarán.
Obviamente que el final no resulta feliz, se realizan protestas un par de días por la desaparición de las víctimas, quedando rápidamente en el olvido. Con suerte entre comillas, queda algún causante detenido. Si es que hemos dado con el profesional indicado sumándole la movilización de los medios.
Señora, con mi mayor respeto: -Continúa pensando ¿que tan sólo es una SENSACIÓN el que los integrantes de nuestra sociedad desaparezcan? No da derecho alguno a provocar semejantes hechos de violencia, los que seguramente padecen un grado de locura agravada.
Ni por amor, ajuste de cuentas, revancha, rencor o enfermedad psicológica que padezcan se les puede permitir. Existen medios adecuados para resolver tales situaciones sin comportarse como integrantes de una sociedad salvaje. Siendo causantes de un dolor irreparable.
Mercedes Giangrande













