En tiempos totalmente lejanos en los que nadie pudiese creer de lo que uno pueda contar en esta historia, a veces suceden cosas que ni siquiera la ciencia o la química, le buscan la vuelta. En esos tiempos donde corrió más agua que barro, te contamos una historia que ocurrió hace 30 años. Una historia inimaginable.
* ANTECEDENTES BOCA JUNIORS.
1981: se consagra campeón del Torneo Metropolitana de Primera División empatando frente a Racing en la Bombonera, de la mano de Diego Maradona.
Un equipo jerarquizado con nuevas caras, y con un grupo de sobrevivientes de la época de los títulos del «Toto» Lorenzo.
1982: Juega el Torneo Nacional, pero no logra igualar la marca del año anterior.
La situación económica del país con el famoso «deme dos» y los compulsivos viajes al exterior en busca de nuevas alternativas de cosas, esto hace que se dispare el Dólar, y Diego Maradona deja el club de la rivera, por no tener los fondos suficientes para que se quede. Se marcha hacia el Barcelona de España.
1983: nuevos rumbos suceden en todos los ámbitos. En Boca, la situación cambia de manera drástica.
Con fecha del 3 de agosto y mientras se enfrentaban Boca y Racing, una bengala tirada desde la tribuna llamada «La 12», traspasa de lado e impacta de lleno en el simpatizante de la «Academia», Roberto Basile de tán sólo 13 años. Este hecho, es un punto de inflexión para el «Xeneize», ya que posteriormente una inspección ocular de la entonces Municipalidad de la Ciudad de Buenos Aires y de la Policía Federal, se comprueba de que el estadio presentaba enormes falencias edilicias. Además se comprueba de que Boca Juniors se encontraba económicamente fundido, entrando en cesaciones de pagos y deudas con el plantel profesional. El club se declaraba en bancarrota.
Y como si ésto fuera poco, y debido al hecho de la bengala, le cae una severa suspensión por parte de la Asociación del Fútbol Argentino: con el estadio clausurado Boca debía jugar sus encuentros de local, en un radio de más de 200 km. Es decir, disputaba los partidos en el interior del país, en estadios jamás pensados.
*ANTECEDENTES ATLANTA.
1979: Mientras dos jugadores (Torres y Piaggio) del «Bohemio» eran campeones juveniles en Japón, el equipo profesional se disputaba ese maldito cuadrangular para definir quienes iban a disputar los torneos de 1980 de Primera, y quienes lo harían en la vieja Primera B.
Atlanta había perdido casi todos los partidos frente a Chacarita, Gimnasia y Esgrima de La Plata, y Platense.
1980: En el torneo de la vieja Primera B, el equipo Bohemio encaraba un nuevo desafío de volver pronto a la máxima categoría.
De la mano de Luis Artime y con un plantel nuevo, comenzaba el campeonato de manera regular. El equipo no aparecía; alternaba entre victorias y derrotas.
En la segunda rueda iba a cambiar para Atlanta, ya que se ganó partidos clave. Sin embargo, nadie esperaba que Sarmiento de Junín, era el rival a vencer. Se alternaban en los puestos de vanguardia.
En la fecha 31 se habían cruzado: Sarmiento le ganaba a Atlanta por 2 a 0. El equipo «verde», contaba en su mayoría, con jugadores ya consagrados.
Después de eso, los dirigidos por Artime cayeron en un sinsabor de derrotas y recién en las últimas tres fechas, se ganaba. Ya era tarde.
Lo único rescatable de ese año, fué el descenso de Chacarita a la Primera C.
1981: Con un equipo renovado y bajo la dirección de Eduardo Luján Manera, Atlanta arrancaba otra ilusión de ascender a Primera.
Sin embargo se dió cuenta pronto de que el Bohemio, no estába en condiciones de pelear arriba.
Al cierre del campeonato, Atlanta terminó en la mitad de la tabla con 43 unidades.
1982: Sin lugar a dudas fué el mejor campeonato conseguido por Atlanta hasta ese entonces por Torneos de Ascenso. Lamentablemente no se pudo lograr con el objetivo.
Los datos destacables fueron el ascenso de Chacarita a la B, y por primera vez en la historia, un equipo de los considerados «Grandes», jugaría un campeonato de la segunda categoría: se trataba de San Lorenzo de Almagro.
El equipo de Boedo asciende de manera directa. Aquí, es donde se produce una de las finales más infartantes de toda la historia de la Primera B.
Una noche en la que se enfrentaron Atlanta y Temperley, en la cancha de Huracán luego de que en ambos partidos haya un ganador de cada serie.
El resultado favoreció para los del sur: 13-12 en la serie de penales.
1983: Ese año se tenía que dar. No se podía fallar ante su gente, y se cumplió.
De la mano de la dupla Oscar López-Oscar Cavallero, Atlanta buscaba sacar su espina del año anterior, y subir a Primera, para nunca más volver.
En este campeonato fué de mayor a menor y con victorias destacables. Sin embargo la situación de la dupla técnica, era insostenible, por lo que en las últimas fechas, se hizo cargo el experimentado Juan Carlos Lorenzo.
Bajó mucho su nivel el equipo, pero siempre mantenía el primer puesto.
En la anteúltima fecha se consagró campeón, allá en Rosario frente a Central Córdoba. Para la última fecha, solo se pensó en festejar, y pensar en los torneos de Primera de 1984.
1984:
Ambos equipos no venían bien. Por el lado de Atlanta, el campeonato Metropolitano se estaba haciendo un torneo regular. Ya no estaba Juan Carlos Lorenzo en la dirección técnica. De hecho, no quiso tomar la posta cuando se lo pidieron.
Por el lado de Boca, la situación seguía siendo lamentable: un equipo completamente desvalorizado, con un interventor (Federico Polak), con falta de vestimentas para las distintas divisiones de dicho club, etc.
Para el partido frente a Atlanta, el estadio fué habilitado en un 40%, ya que seguía habiendo severos problemas estructurales, y con decenas de pedidos de quiebra. El club de la Rivera, ya estaba muy golpeado.
EL PARTIDO:
Para el encuentro, debía presentarse el equipo profesional: no lo hizo. ¿Razón?. Seguían con deudas atrasadas y por ello decidieron no jugar el match frente a Atlanta. Para peor, Boca perdió hasta en el sorteo de las camisetas. ¿Para tanto?. Si, ya que el «Xeneize» no tenía camisetas. Sólo se manejaban con casacas de entrenamiento.
La cuarta división de Boca se hizo cargo de jugar el partido. Lo más increíble es que la camiseta «suplente», era de color blanca con rayas azules y amarilla, y como si esto fuera poco, los números fueron pintados con marcadores de fibra. Hasta donde había tocado bajo Boca…
Con alrededor de 400 hinchas bohemios (que ocuparon la parte baja de la tribuna que da al Riachuelo), Atlanta dió el golpe más duro al derrotar al humillado dueño de casa, por el campeonato Nacional de 1984.
Los goles de los dos Alfredos (Graciani-Torres. El primero, luego se iría a Boca).
Aquél día era de llovizna. Cuando transcurrían los minutos, tanto la transpiración de los jugadores como así también esa llovizna, al cabo del final del PT., ya no se distinguían los números. Para el segundo tiempo la situación se hizo insostenible, y tuvo que jugar con camiseta tradicional.
Este partido marcó un antes y un después para el equipo boquense, pero no sería la última humillación que sufriría en ese 1984.
Mientras tanto por el lado Bohemio, era una necesidad ganar los partidos siguientes y mantenerse en Primera. No lo logró. Una campaña regular de Atlanta y con muchos altibajos, motivó en el descenso del conjunto de Villa Crespo, y encaró el torneo de Primera B de 1985. Pero ese 8 de julio de 1984, se recordará el día en que Atlanta, le ganó a los de camiseta pintada.
SINTESIS.
BOCA (1): Medina, Frasco, Dos Santos, Manfredino, Latorre, Peruchena, Fornés, Tessone, Valés, Torres Y Ramirez.
DT: Alberto González.
ATLANTA (2): Dominguez, Gómez, Millicay, Sotelo, Rafaelli, Jones, Onnis, Torres, Mazo, Graciani y Villagra.
DT: Jorge Habbeger.
GOLES: PT 1´Graciani (Atlanta), 18´ Dos Santos (Boca); ST 24´ Torres (Atlanta).
CAMBIOS: Galarza x Tessone y Prado x Torres (Boca); Constantino x Onnis (Atlanta).
ARBITRO: Juan Bava.
ESTADIO: Bombonera.
PARTIDO: Fecha 15, Torneo Nacional de Primera División 1984.
Artículo ya publicado en Locura Bohemia por Luis Lorenzo
