La nueva oferta gastronómica y cultural se mezcla en la tradicional zona que, por su ubicación y buena conexión, se perfila a ser la nueva favorita de la ciudad.
Entre los barrios más pujantes del momento se abre paso Chacarita. Lo que hasta hace un tiempo era una zona residencial, de casas tradicionales y talleres mecánicos, se posiciona hoy como un barrio con potencial de crecimiento impulsado por dos factores fundamentales: su ubicación estratégica dentro de la ciudad y sus excelentes opciones de conexión. Es que en sus confines tiene otras zonas muy demandadas que ya están al límite de su ocupación, como Palermo, pero también otras en auge como Colegiales, Villa Crespo y Villa Ortúzar.
Además, con la estación de Chacarita en el centro, las opciones de tren, colectivo y subte permiten a sus habitantes acceder fácilmente a cualquier punto de la ciudad.
Delimitado por Avenida Elcano, las vías del ferrocarril Urquiza y del San Martín, Avenida del Campo, Avenida Garmendia, Avenida Warnes, Avenida Dorrego, Avenida Córdoba, Avenida Dorrego y Avenida Álvarez Thomas, muchas empresas la empezaron a ver con buenos ojos tras la huida del microcentro y la saturación de Palermo. Una de ellas fue el Banco Galicia, que en 2017 inauguró un edificio sustentable de 35.000 metros cuadrados sobre la Avenida Corrientes.
Otras empresas siguieron ese paso y eso atrajo una explosión comercial. Nuevos locales se inauguraron y, a su vez, se amplió la oferta gastronómica de la zona. Desde el icónico La Fuerza en Dorrego y Castillo hasta Sifón, el bar de moda con reposeras y tragos a base de soda de Jorge Newbery y Guevara. Pero también una gran oferta cultural, con talleres de artistas y espacios musicales, como Santos 4040 o el enorme Complejo Art Media en Corrientes y Dorrego.
Chacarita explota de movimiento joven, tal vez un poco en reminiscencia de lo que fue en sus inicios. El nombre del barrio surge del diminutivo de Chacra. En esas tierras estaba la Chacra del Colegio de la Compañía de Jesús, hoy el Nacional Buenos Aires, en lo que en ese entonces (mediados del siglo XVIII) eran las afueras de la ciudad. Se la conocía como “la chacrita” o “chacarita de los colegiales”, de allí surgió el nombre del barrio y de su vecino Colegiales.
“Es una zona con mucho potencial en cuanto a medios de transporte y a los barrios de moda, que crecen hacia el norte y el oeste de la ciudad. En Dorrego y Álvarez Thomas se da la división del triple barrio: Palermo, Chacarita y Colegiales. En esa esquina empezaron bares con onda, locales de diseñadores copados, antes no había nada y ahora encontrás locales de artistas… Tiene una magia espectacular que creo que va a igualar o superar Colegiales”, opina Darío Rizzo, CEO de Alternativa Propiedades.