Un hombre fue detenido en el barrio de Flores acusado de regentar a menores de la zona para prostituirlas. El sujeto, de 71 años, convencía a sus víctimas con drogas y comida y les ofrecía la vivienda donde se encontraba para que se bañen y cocinen. Luego les pedía favores sexuales para él y sus supuestos amigos, que en realidad eran clientes.
Durante el allanamiento, el anciano permaneció sentado y sonriendo, hablaba con los investigadores y negaba todo con excusas precarias. Según los psicólogos de la división de Trata de personas, esta es una patología perversa de los proxenetas.

El allanamiento se realizó en una vivienda que el sujeto utilizaba como departamento de paso.
En el lugar se encontraron varias notas que decían «sos un violín», «te voy a matar» y “ya sé la verdad”, escritas con lápiz y con labial.
Además había varias pipas para paco, tres bagullos de marihuana, una gran cantidad de preservativos cerrados, varias pastillas de Viagra, y tres juguetes sexuales.
El departamento allanado era de tres ambientes, se encontraba sucio y desarreglado. En la cocina no había ningún elemento que indicara que estaba habitado. En la habitación sólo había una cama matrimonial arrinconada y varias cosas acumuladas. Además en una de las vigas de la habitación estaban atadas unas cuerdas que según los investigadores podrían ser utilizadas para juegos sádicos sexuales.
La investigación comenzó cuando llegó una denuncia anónima al Juzgado Federal N° 7 advirtiendo que un hombre de 71 años ingresaba tres veces por semana junto a varias jóvenes, aparentemente menores de edad, a su supuesta casa en Flores.
Cuando la policía realizó la investigación encubierta se corroboró la denuncia.
Luego de chequear el movimiento del proxeneta, los investigadores comenzaron un seguimiento de incógnito. Fue allí cuando descubrieron que el anciano viajaba con su auto, un WV Gol gris, hasta el barrio 1-11-14 en busca de jóvenes adictas a la pasta base y las convencía a cambio de esa misma droga para prostituirlas y quedarse con la ganancia.
Para dar con el detenido, la policía rodeó la cuadra de su casa, lindera a la AU. 25 de mayo, y esperó a visualizar al anciano con alguna menor. Luego de varias horas de espera los investigadores vieron al hombre salir de su casa con una joven y lo interceptaron.
Durante el allanamiento, la menor adicta sufrió distintas fases de abstinencia. Por momentos se levantaba del lugar exaltada y agresiva gritándole a los policías y de a ratos se dormía. La chica fue trasladada por personal del SAME hasta el Hospital Piñero.
El allanamiento fue autorizado por el Juzgado Federal N° 7 a cargo del Dr. Sebastián Casanello, secretaria N° 12 a cargo del Dr. Rivas y fue llevado a cabo por el Área de investigaciones criminales de la superintendencia de investigaciones de la policía Metropolitana Además participaron: Policía Criminalística, División de canes y Personal de Trata de Persona.