No todas las personas reaccionan igual al café, y la explicación está en un gen llamado CYP1A2, que regula la velocidad con la que el cuerpo metaboliza la cafeína.
Según estudios, alrededor del 40-50% de la población tiene una variante genética que los clasifica como metabolizadores rápidos, lo que significa que procesan la cafeína más rápido y son menos propensos a que afecte su sueño.
Por otro lado, los metabolizadores lentos, que representan el 50-60% restante, tardan más en descomponer la cafeína, lo que aumenta la probabilidad de insomnio si la consumen incluso horas antes de acostarse. Tu capacidad de disfrutar un café nocturno sin consecuencias podría estar escrita en tu ADN. © biotecnofarucv