Carnaval
Realidad para transitar por la vida sin engaños ni trampas que terminan agotando nuestra jornada, la que le ponemos la mejor voluntad para que nos resulte grata y de la nada se convierte en un calvario dado que los índices de inflación que nos hacen llegar a través de los medios son imposibles de creer.
Nubes las que nos atraen por las figuras que deslizan permitiéndonos desarrollar nuestra imaginación, todo lo contrario a la famosa nube negra que se esparció no hace mucho en el barrio de Retiro, la que dejó significantes secuelas.
Ansiedad desmesurada provocada por el querer anticiparnos que más nos falta atravesar, desear que llegue la calma.
Vientos de verano, densos, calurosos, nos agobian impidiéndonos pensar cómo resolver tantos traspiés.
Alas imaginarias las que deseamos portar para alejarnos de un contexto complejo de sobrellevar, aún luchando entre comillas por modificarlo.
Lo más parecido a un CARNAVAL en donde cada murga intenta destacarse para obtener el premio mayor, no obstante los que no integramos esa comparsa quedamos fuera de tal recompensa que dignifica. Ese espacio lo ocupan mandatarios aún así continuemos nuestro camino con las convicciones y principios que llevamos dentro de los que jamás nos arrepentiremos.
Mercedes Giangrande














