
Buenos Aires fue originalmente fundada con el nombre de Ciudad de Nuestra Señora del Buen Ayre, por Pedro de Mendoza en 1536, pero abandonada y destruida 5 años después. La segunda fundación estuvo a cargo de Juan de Garay, en 1580, bajo el nombre de Ciudad de la Santísima Trinidad y Puerto de Santa María del Buen Ayre.
Con la aparición de las industrias y el ferrocarril, durante la segunda mitad del siglo XIX, el puerto de Buenos Aires se convirtió en el punto estratégico de la actividad económica de un país que se lo conocía como “el granero del mundo”. Además, fue la puerta de ingreso de la llegada de la primera gran corriente migratoria para poblar la nación que impulsó el Estado argentino dando lugar a una cultura ecléctica. La misma estuvo nutrida por españoles, italianos, sirios, libaneses, polacos y rusos. Surgió el tango -hoy reconocido como Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad-, mientras que los “conventillos” y los hoteles de inmigrantes fueron el escenario ideal para que naciera algo tan especial y característico de Buenos Aires como “el lunfardo”.
La Ciudad tuvo que pasar por numerosas epidemias por causa de la pobreza, la falta de higiene y el hacinamiento. En los años que cuenta la historia, la peor fue la de fiebre amarilla, que sacudió a Buenos Aires en 1871, pero siempre la Ciudad logró reponerse.

En 1880 se convirtió en la Capital Federal de la República Argentina y, entrando al siglo XX de la mano del progreso, fue reconocida como una de las grandes metrópolis del mundo: desde entonces se la llamó “la París de Sudamérica”, gracias a su arquitectura, parques y bulevares que diseñaron las elites porteñas con una fuerte impronta francesa.
En los años ´30 apareció el Obelisco, ícono porteño por excelencia y, un tiempo después, la Avenida 9 de Julio se convirtió en la arteria más importante de la Ciudad.
En 1994 Buenos Aires logró sancionar su propia constitución y tener un gobierno autónomo, elegido por sus ciudadanos, como resultado de la Reforma de la Constitución Argentina.
Esto es sólo parte de sus más de 400 años de historia, en los que Buenos Aires se erigió como la ciudad cosmopolita, compleja y dinámica que es en el día de hoy.