Por Ana Leguísamo Rameau. La falta de un rumbo económico bien definido, la pesada herencia del gobierno anterior, la inmensa deuda heredada de Mauricio Macri con el FMI, y la pandemia, dejaron devastado a Alberto Fernández quien, con resquemores, conflictos internos, rispideces con la propia Cristina Fernández de Kirchner, y situaciones imposibles de resolver, hicieron que no pudieran encontrar el camino de la lucidez.
El resultado de la contienda fue la pérdida de bancas en todo el país, salvo en ciertos puntos regionales. Sin embargo, en la provincia de Buenos Aires, Juntos por el Cambio, se impuso ajustadamente y, aunque la oposición no logró dar un jaque mate arrasador, con eso ya es demasiado porque el conurbano casi siempre fue peronista y bastión de los trabajadores de Cristina.
Anoche, en el marco del recuento del escrutinio, Alberto Fernández salió y habló en un tono conciliador donde dejó claro que, a partir , de esta semana muchas cosas cambiarían.
Es importante destacar que, si bien el Gobierno nacional, ha perdido bancas, todavía está a tiempo de revertir la situación política y presidencial para 2023. En dos años se pueden mejorar la historia actual. Por eso, es importante que el peronismo se una, que dejen los conflictos y molestias internas, que miren juntos hacia el futuro y, por sobre todas cosas, que ideen un plan económico para frenar la terrible inflación que devora al país. Es imperioso además la creación de fuentes de trabajo, y una nación que se mueva por su propia producción, más allá de los planes sociales y de las regalías monetarias a corto plazo. Incluso, allí está otras de las aristas que el pueblo argentino reclamó al peronismo, y que castigó en estas elecciones PASO de Noviembre: los planes sociales eternos que se incrementan y que arrastran a los otros a pagar ese dinero de los subsidios.
Por otro lado, y no menos importante, es la situación de inseguridad. Hoy los vecinos ya no esperan, salen a las calles y organizan sus propias protestas con numerosas convocatorias cortando espacios y aliándose con los grandes medios de comunicación. La delincuencia puesta a la orden del día es otra asignatura pendiente que el Gobierno debería prestar atención, con menos reos en las calles y más mano dura para los ladrones. Incluso, el estudio de la delincuencia de los menores, esos chicos que salen, matan y residen en las calles de todo el país.
Otra de las grandes situaciones que dejan a ciertos sectores de la clase media a la deriva , es la situación habitacional pues no hay un proyecto de vivienda digno. La misma Ley de alquileres ha sido un verdadero fracaso donde, muchos inquilinos deben hacerse cargo de cifras siderales e injustas a través de una ley que no se respeta y en la cual el propietario y las grandes inmobiliarias hacen lo que se les antoja violándola a destajo y sin protección.
Si bien, Alberto Fernández, perdió bancas, todavía está a tiempo de repuntar la situación e ir hacia una rehabilitación que permita levantar al peronismo ya mismo, pero es menester y urgente hacerlo dentro de estos días porque el reloj no espera y dos años ya no es nada.
Así, la oposición está tranquila e incentivada con los ojos puestos más allá de todo porque buscan futuras elecciones presidenciales. «El dulce ya lo tienen», diría la abuela. Por eso, esperarán a que el peronismo se caiga solo pero, ¿Qué ocurría si Alberto Fernández y su gente hacen Jaque Mate a la situación actual?
Argentina, levante y anda.