Ser auténtico condición que nos brindará credibilidad hacia nosotros, como así también con quien nos sociabilicemos. Claridad al expresarnos siendo concretos a la hora de informar una noticia. Tratar con respeto a quien nos rodee o accidentalmente se nos cruce. Único, original, expeditivo, que nadie pueda trabarnos el proyecto que deseamos llevar a cabo, más allá del cargo que allá desempeñado. Astucia a la hora de escuchar propuestas en la conducción de un puesto laboral, una empresa o por qué no el país.
Que los logros que alcanzamos sean útiles y viables en un tiempo corto de concretar. Inteligencia para elegir al personal que nos acompañará en el emprendimiento que desarrollemos. Intentando obtener un mismo vocabulario, más allá de mostrar diferencias, las que sumarán a la hora de tomar una decisión.
Dinámico: estar atento a todo aquello que suceda, que nos hace ruido como se dice por allí, término novedoso. Por pequeño que sea el detalle marcará un cambio en la política a seguir. Actitud no debe faltar, que no implica imponerse desde el carácter.
Que nuestra presencia impacte, que sorprenda, sumándole una postura natural y precisa. Duración: si nos referimos a un discurso de algún acontecimiento, como anunciar nuevas medidas, este no debe ser extenso en donde todo se enrede. Por el contrario si es breve es factible que sea claro como también entendible.
Lenguaje de actualidad que se adapta a la vida diaria, aplicable en las decisiones a tomar dentro de nuestro ámbito o en la conducción del país. No pretendo irme de un extremo al otro con el ejemplo citado, si lo analizamos en diferentes escalas es posible manejarlo de igual modo.













