El sábado 10 de junio pasado, día espléndido de sol y camaradería, he visitado el Club San Lorenzo. Era el sector «FÚTBOL RECREATIVO», dónde comienzan sus primeros pasos en el fútbol los niños agrupados de acuerdo a su edad. Allí nos recibieron con una rica chocolatada a todos, padres y niños, estos últimos jugarían un partido amistoso: de la categoría 2009 y 2010, de equipos de San Lorenzo con un club de Mar del Plata, que viajaron especialmente.
Èste fue un partido apasionante, viendo cada Club como defendía su juego y los padres orgullosos de sus hijos, que alentaban con tanto cariño y contención respetuosa. Los técnicos se destacaban en la enseñanza de cada jugada y recreando cada situación. Los niños de ambos equipos, mostraban amplios conocimientos del trabajo en equipo y buena educación hacia el adversario y en cada momento que se dirigían a un mayor, pidiendo permiso al salir de la cancha, saludando a sus compañeros y atendiendo las consignas dadas.

Terminado el partido, se nos invitó a todos a visitar la cancha grande oficial. Hermosa cancha, muy buen ambiente y hermoso regreso. Los dirigentes de ambos Clubes agradecieron a padres y niños por la acojedora estadía y sin igual partido. Hubo fotos y entrega de trofeos recordatorios. Se volvió a invitar para otros nuevos encuentros!!!
Mi conclusión: Para que el fútbol sea recreativo, sin violencia, para los grandes, deben, desde chicos enseñarles a competir, para que cada uno desde su lugar, su rol y actitud, inculquen, desde la familia, luego los técnicos, en éste caso, a seres «con valores», y le hablo a «las grandes personas», como «EL Principito» llamaba a los adultos, a quienes no comprendía mucho. (yo a muchos tampoco).
Esas barras que incomodan en los partidos y nunca terminan bien. Aquí entra la educación, que comienza en la familia, continua en este caso en los técnicos y la sociedad entera.
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