Por Patricia Nùñez Vega. En Signos de los tiempos estuvieron las instagrammers Marou Rivero, blogger y especialista en moda, y Yan de Simone, licenciada en Publicidad y dieron su versión de la felicidad a través de las redes sociales. Rivero indicó: “No busco apelar a la felicidad para mis posteos, sí busco que sean positivos. Lo que más nos pesa es que lo que contamos genere empatía, la mirada de aprobación”.
Para Simone, las redes sociales son un recorte editorial, “sirven para el consumo y sirven para posicionar marcas y personas. No todo es tan verdadero”. Y agregó: “El pertenecer y ser amado en redes es muy importante. Hay mucha soledad, hiperactividad, es una arma de doble filo”.
Por su parte, el psicólogo Miguel Espeche analizó los estados de ánimo que se muestran o se usan como pose. “Yo homologo las redes a un pueblo chico. Las redes sociales dan una idea de dónde estás parado, eso es positivo; pero si esa idea genera sentimientos negativos, envidia o sentís que sos menos, eso ya tiene que ver con cómo uno procesa esa información. La fachada de la casa uno trata de tenerla prolija, es humano y eso ocurre en la vida diaria desde siempre”.
Facebook es como la vidriera e Instagram como la perfección de las fotos y de las realidades que cada persona quiere transmitir. Nunca se muestra lo negativo o los aspectos oscuros de las personas.
El filósofo Darío Sztajnsrajber explicó la conducta de mostrarse positivamente más allá de las redes sociales. “Uno es lo que dice de sí mismo. Siempre hacemos un recorte, no creo que la tecnología haya generado mayor separación entre lo que uno es y lo que muestra. Cuando dejemos de pensar en el mandato de la felicidad seremos más felices”, remarcó.
Gustavo Mames, licenciado en Ciencias de la Comunicación, intervino en el tema y dijo que la gente es más feliz cuando sale de las redes que cuando está en ellas.
Fabricio Ballarini, licenciado en Ciencias Biológicas, también abordó la tendencia del recorte para mostrar sólo los momentos felices: “Si te haces un relato falso de tu propia vida, probablemente te lo creas”.
Patricia Núñez Vega