
La situación de pandemia hace modificar la rutina de los argentinos y los habitantes del mundo. Por ello, se abren locales, luego se cierran, y se piensa (más tarde) en un plan Z para proseguir con su reapertura. Es que el Covid no da tregua y ya se ha camuflado bajo una nueva cepa que circula por el mundo. Por ello, las variantes de la misma alertó a varios países del mundo, entre ellos Reino Unido y Sudáfrica su peligroso tránsito. Según las últimas investigaciones, la transmisión del virus por el aire se potenciaría con la expulsión del humo del tabaco. Por eso, el objetivo es prohibir que se fume en calles o terrazas si no se respeta el distanciamiento.
De acuerdo a lo trascripto anteriormente, la presidenta de Nofumadores.org, Raquel Fernández Megina, declaró que: “las variedades del SARS-Cov-2 procedentes de Reino Unido y Sudáfrica requieren que el gobierno se ponga serio y prohíba fumar en calles y terrazas cuando no se pueda respetar una distancia interpersonal de al menos 10 metros. Los dos metros de distancia deben ser eliminados inmediatamente y fumar caminando por la calle debe ser prohibido. Los cuerpos de seguridad deben hacer su trabajo por respeto a todos los que sí estamos haciendo un esfuerzo por no transmitir nuestros aerosoles”. La realidad es que en estos momentos los fumadores tienen concedido un salvoconducto para realizar una actividad peligrosa cuando al resto de la población se le requiere el uso de la mascarilla para frenar la expansión de la Covid19. Ante
una variante de la Covid19 con hasta 70 por ciento más de transmisibilidad, los aerosoles de los fumadores y el humo de sus cigarrillos en las mascarillas de los demás no son aceptables por poder suponer una vía de contagio importante.
A la ya peligrosa situación de situar a una población con un más del doble de probabilidades de agravamiento de Covid19 como vector de contagio en las calles se suma ahora una variedad de Covid19 más transmisible. Sin embargo, sostiene Fernández Megina, “los fumadores caminan con el cigarro en ristre ajenos al peligro que representan”. Los aerosoles de los cigarrillos electrónicos, asimismo, están bajo el punto de mira pues varias investigaciones norteamericanas han apuntado que sus usuarios tienen hasta un 500% más de probabilidades de contagiarse.