Por Ana Leguísamo Rameau. Estoy pensando en escribir un articulo diferente de los que componen mi editorial de hace días, pero me encuentro que debo ser reiterativa al situarme en una temática donde la inseguridad es la protagonista de mi barrio.
Desde hace tiempo la delincuencia en Palermo es moneda corriente, sin embargo, las autoridades permanecen ausentes a los gritos y pedidos de los vecinos, quienes piden auxilio en forma permanente y no son escuchados.
Por eso, en esta oportunidad, nos situaremos en el Pasaje Atacalco, una calle que antes era muy breve y luego, con la inauguración del Parque Ferroviario, se extendió hasta Soler.
Por cierto, el encapsulamiento del tren San Martín mucho tiene que ver con el articulo de hoy ya que, al restaurarse la línea que nace en Retiro, y se extiende hacia el Partido 3 de Febrero, los sitios baldíos, por debajo de la Avenida Juan B Justo, han quedado en una suerte de abandono total. Sin ir más lejos, desde hace dos meses, los vecinos pudieron ser protagonistas de un hecho peligroso , cuando unas 45 personas, comenzaron a tomar el predio y se establecieron en una pequeña villita. Allí, los reclamos de los palermitanos, estallaron en pánico, entonces recurrieron a la policía para su ayuda. No obstante, venimos repitiendo en nuestros editoriales anteriores, que el trabajo de la policía no es hacerse cargo de los ruidos molestos de la zona, como así también la erradicación de los malvivientes. Sin embargo, fueron efectivos policiales quienes entraron en el predio tomado y procedieron al despeje del mismo.
Hoy, una vez más, el Pasaje Atacalco es protagonista de la historia, no por estar próximo a uno de los lugares más turísticos de Capital, sino porque de nuevo, se han establecido “esos grupitos” de sospechosos que salen temprano a robar, cuando los trabajadores del barrio deben salir a trabajar.
Por eso, el paisaje urbano se manifiesta hoy en modo de ranchada donde, los que paran en el lugar, han arrancado las chapas para dar lugar a una entrada que, poco a poco, se va poblando cada vez más de gente en situación de calle y de delincuentes oportunistas quienes, muy temprano o por las noches, salen a robar en la zona.
Empero, los habitantes protestan en quejas reiteradas mientras la línea de WhatsApp, que administra Lucía Carew, dando parte a la policía, estalla al rojo vivo:
Martín: “Mandar móvil al pasaje Atacalco. Están robando a personas. Acabo de llamar a la policía”
Otro vecino: Hay un pibe que se hace llamar Mauro y está a los gritos con una flaca y una piba más que lo sigue. Ellos están robando.
Pablo: Es un flaco re pasado que está con una mina. Hace un rato estaba a los gritos al nombre de Mauro. Recién le robó a dos personas, hay una que lo atacó atas de un auto y realmente no vi salir al chico
Martín: Llegó un patrullero y se fue para Honduras porque a un chicho le hizo una herida en el cuello. Llamé de vuelta pidiendo que manden un patrullero a revisar bien el pasaje, ya que el otro se quedó en la atención del chico herido. Le indiqué que este pibe suele estar y dejar sus cosas detrás de los Gomeros de la esquina y que creo que se cambió la ropa porque lo ví pasar caminando como si nada nuevamente con shorts bordo, camiseta amarilla y gorra tipo básquet
Daiana: Yo también le dije que hay vecinos que salen a trabajar en un ratito y que tenemos miedo de salir
Dora: Todo esta delincuencia se acentuó mucho más desde que los galpones de Honduras debajo del puente Del Ferrocarril General San Martin, se hallan bajo el asentamiento de Gorriti entre Atacalco y Darwin. Nosotros los vecinos no sabemos donde dirigirnos. Sólo nos dicen que pertenece a Nación por ahora. Hay lastimados de día y de noche. ¿Qué vamos a esperar? ¿A que aparezcan asesinados? No nos podemos quejar de la policía porque intervienen enseguida pero ellos no pueden con todo. A los policías hay que darle las Gracias porque día a día están presentes.
Cabe destacar que, el Pasaje Atacalco corre en forma paralela al Ferrocarril San Martín, entre Gorriti y Honduras. Antes era una calle de una cuadra con pastizales que llegan hasta el tren San Martín, en Palermo. Comienza en Gorriti con mucha sombra y, actualmente, cruza el Parque Ferroviario donde termina en la calle Soler.
Si bien, todo hace suponer que vivir en un pasaje del bello Palermo puede resultar paradisíaco, el sueño imaginado tiene sus excepciones, más si se trata del Pasaje Atacalco y Honduras, la nueva villita que va crescendo a pasos agigantados, al costado y debajo del puente peligroso del tren San Martín.