El Festival Mutek, nacido en Canadá y que mañana comienza su cuarta entrega local, se ha caracterizado por ser vanguardia en el arte digital y presentar artistas nacionales e internacionales que muestran hacia donde marca la brújula, como Nait Saves, Kren Orgánico y el dúo In Orgánico, presentes en la actual edición
El evento, que tendrá lugar hasta el 10 de septiembre, contará con tres sedes porteñas: el Centro Cultural Artlab, el Planetario y el Palacio Alsina; la presencia de artistas de Argentina, Brasil, Canadá, Colombia y Francia y talleres, workshops y charlas, performances en vivo e instalaciones inmersivas.
Una de las presencias resonantes será de la Nait Saves, quien presentará un trabajo conjunto con CLON (Estela Oliva, de Londres) en el marco de las Residencias Artísticas Artlab by Amplify D.A.I.
Se trata de una instalación inmersiva ambientada en el metaverso: en un limbo digital se alzan las columnas negras de un templo sagrado en donde cuatro avatares cantan en un ritual protegiendo reliquias terrestres. CLON estuvo a cargo del concepto y el desarrollo visual del universo, y el rol de Nait Saves fue el de componer un soundtrack minimalista, pero futurista que acompañe.
Artista trans, Nait Saves encontró en la música la manera de expresar su identidad. «Como mujer transgénero -le explicó a Télam-, para mí el arte siempre fue una forma de canalizar mi sentir, de liberarme de lo que no podía poner en palabras y transformarlo en sonido. La música fue ese abrazo cálido que me dio el empujón para animarme a transmutar, por eso la uso como un lenguaje para contar mi historia. Por eso hoy busco ser inspiradora y movilizadora para personas que no encuentren el coraje para transicionar».
Pese a ser una artista predominantemente en lo digital, su formación estuvo en la academia, donde encontró las formas que luego iba a amoldar. «Aproveché para nutrirme de la cultura general y los aspectos técnicos más tradicionales de la música para enriquecer mi propio lenguaje. Pero sentí que mi búsqueda trascendía lo ‘clásico’ por eso incursioné en la electrónica cinemática, el ambient/IDM y lo experimental».
«En mis composiciones -dijo, por su parte, Ken Orgánico-, lo orgánico tiene un papel fundamental. Así como en las ciudades los árboles crecen, florecen y transmutan el aire dando un respiro, en mi música, todo cobra vida en los momentos en que los timbres orgánicos de los instrumentos de distintas etnias se entrelazan con las vibraciones electrónicas«.
Foto Gentileza: AgenciaTélam
El artista con inicios en la percusión, compartirá escenario con el francés Moetick y presentará un set al que denominó «oHíbrido o», en el cual comienza a indagar en el aporte que a su música le aportan los sonidos e instrumentos electrónicos.
«Desde pequeño encontré en la percusión y el ritmo el medio para componer, incluso en instrumentos armónicos y melódicos. Mi búsqueda nace a partir de la re-exploración de la ‘batería tradicional’. Desarrollé varios sets a lo largo de mi vida, buscando un equilibrio tímbrico donde los tres ejes de la música (melodía, armonía y ritmo) se puedan sostener«, relató a Télam.
En ese repaso, Ken Orgánico añadió que «hoy en día siento que he llegado a una síntesis de muchos años de trabajo y de colección de instrumentos étnicos, que buscan llegar siempre a nuevos corazones«.
El dúo Iris Saladino y Belén Rhode meterán al público en una experiencia en la que el monte chaqueño será reinterpretado a través del vínculo entre humanidad, tecnología y naturaleza, con el ‘live coding’ como herramienta para resignificar la fauna, la flora y la lengua qom, tan presente en la zona.
«También planeamos compartir audios de Desiderio Lorenzo, un amigo y poeta QOM de Chaco, que nos ayudó y nos compartió su cosmovisión acerca de la actualidad que vivimos hoy y nos hace muy felices poder compartir sus palabras«, señaló Rhode.
«Las herramientas de ‘live coding’ -sostuvo Saladino- son máquinas digitales continuamente modificadas por la imaginación de cada ejecutante. El proceso es transparente para el público en un gesto de humanizar la práctica informática, como cuando se observa la ejecución de un instrumento musical acústico o eléctrico. Ambas cualidades hacen del ‘live coding’ una práctica altamente desafiante e intrigante que aporta una frescura en el modo de crear y percibir sonido e imagen en movimiento«.
«Permite crear y reformular estructuras, experimentar libremente en un universo digital orgánico. Es una herramienta de expresión infinita» acotó su compañera de dúo.
Con el «live coding», básicamente, se compone, se produce y se ejecuta al mismo tiempo «y lo que se plasma en materia sonora es lo que sucede», sintetiza Saladino. En concreto, las músicas ejecutan código en vivo (puede ser Python, Php, Java o cualquier lenguaje de backend), con el cual producen secuencias controladas que se abren a la improvisación. Se pueden hacer desde samplers hasta acompañamientos de música electrónica, como también noise o industrial. Si versatilidad es amplia
«Por momentos hackea la escucha, por momentos dialoga con géneros musicales y estándares de trabajo sonoro almacenados en nuestra memoria«, precisó Saladio.
Rhode, en tanto, aportó: «Vivimos en ciudades diferentes así que cada una realiza un trabajo de investigación profundo con sus herramientas de expresión y luego nos encontramos bajo este mismo concepto y nos comunicamos desde una composición espontánea para expresar esto que sentimos».
Estas actividades se completan con una exposición de la colección de arte NFT de Artlab, que será lanzada en el marco del Festival, con obras disponibles a través de la plataforma argentina BAG.