Siempre recordamos a Manuel Belgrano, porque no sólo creó la bandera de un país que luchaba por su independencia, sino que también fue un gran defensor del cáñamo.
Belgrano nació en un tiempo donde prohibir el cannabis era impensado. De hecho, particularmente el cáñamo era un recurso estratégico para la economía en todo el mundo.
En 1797 escribió en profundidad acerca del tema. “Los tejidos de cáñamo serían una fuente de riquezas para la nación”, aseguraba sobre uno de los tantos beneficios del desarrollo cañamero.
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Belgrano llegó a publicar un manual básico sobre el cultivo de la planta, donde da recomendaciones generales sobre su siembra y su cuidado.
Hoy, mientras el mundo recupera el cultivo de cannabis y cáñamo, es casi lógico que una de las figuras más importantes de la independencia tuviera tan noble planta entre sus intereses.
Este 20 de junio se cumplieron 201 años de su partida. Y queda claro que pocas personas confiaron tanto en un porvenir mejor.
La ilustración es una obra y regalo de Néstor Taylor, el gran ilustrador de la mítica revista infantil Billiken.
En un interesante articulo escrito por Fernando Soriano, del año 2018, en el medio Infobae, se destaca que en el cannabis Manuel Belgrano veía una salida laboral para todos y todas: «un recurso para que trabajen tantos infelices, y principalmente del sexo femenino, sexo, en este país, desgraciado, expuesto a la miseria y desnudez, a los horrores del hambre y estragos de las enfermedades (…) expuestos a la prostitución (…) a tener que andar mendigando de puerta en puerta un pedazo de pan».
Para Manuel, la planta de la marihuana sería «exterminadora de la pobreza». Para aprender más secretos, intercambió correspondencia con su par chileno, Manuel de Salas, con quien tenía un vínculo de afinidad ideológica. El funcionario trasandino le mandó semillas para experimentar con el cultivo. Fuente: THC