
Existen ciertos artefactos que poseen un encanto imposible de describir y uno de ellos es el farol. Quizás nos remitan a alguna época lejana de nuestra infancia o, tal vez, de cierto encuentro con aquellos seres queridos que ya no están. Lo cierto es que, dentro de ese universo romántico y nostálgico, podemos citar al farol o a la farola Canopia porque es esa luz la que alguna vez nos acompañó desde el barrio o desde cierta provincia de antaño, como aquí lo ilustran las fotos de Palermo que hoy subimos . El farol también forma parte de la historia de nuestros abuelos, y están allí prendidos en las viejas películas blanco y negro , aunque también en las de color porque el farol todavía sigue de moda y se obstina en quedarse en nuestra ciudad.
De este modo, el Gobierno porteño explica que , muchas de las luminarias que hoy se pueden ver en las grandes avenidas y parques, remontan su historia a las primeras décadas del siglo XX, donde fueron fundamentales en la construcción de la imagen que hoy tenemos de la Ciudad, y son parte de la identidad porteña.
Durante cientos de años, luego de la fundación de Buenos Aires, el alumbrado privado se resolvía mediante velas y el alumbrado público representaba un problema sin resolver. Fue en 1744, cuando se ordena a las pulperías encender faroles por la noche, que se consideró la primera iluminación en la vía pública. Años posteriores a ese hecho, comenzaron a incorporarse faroles a vela en algunas calles de la Ciudad. Los vecinos beneficiados eran los encargados de pagar el costo de mantenimiento de los mismos.

En el año 1853 se realizó el primer ensayo de iluminación eléctrica. Cabe mencionar que, hasta entonces, predominaba la iluminación con faroles alimentados por aceite, y recién comenzaba a expandirse la iluminación a gas.
En 1880 se produce la declaración de Buenos Aires como Distrito Federal y la Avenida de Mayo fue la primera avenida de esa Buenos Aires. Estrenó sus primeras farolas ornamentales eléctricas instaladas a fines de la década de 1890. Pero en 1911 cuando comenzó la construcción del tranvía subterráneo, actual línea A del subte, las farolas fueron removidas y reemplazadas por un modelo provisorio.
No estamos en la Belle Epoque pero nos queda la imaginación para seguir usando un farol en alguna callecita de Buenos Aires o quizás, para aquellos que tengan, dentro de cierto florido jardín. Por eso decimos, más allá de la moda led, que el farol hace tiempo vino para quedarse en nuestra sociedad porteña.
Son imágenes de la Ciudad.