Por Mercedes Giangrande . Pasito a pasito se van desordenando jamás acomodando, se aproximan las elecciones. Las discusiones como así también las diferencias se van sumando. Se acercan, se distancian sin llegar a un acuerdo. Se desconoce la idea, sí se sabe que desean escalar. El poder los puede, los supera, los desborda, la competencia entre ellos resta, dado que no les permite pensar, ni esclarecer ideas, ni proyectos a presentar. Las ideas se diluyen, no obstante es tan grande el estímulo de llegar a lo alto de la cúspide, que el resto no importa.
Resultado final el éxito de los mismos o mejora o se pierde en el vacío, dado que la idea no parece ser el fin de los postulantes. No obstante se irá todo por la borda. Al margen de sus proyectos personales, en algún momento ¿recordarán que aún estamos vivos o al menos intentándolo?
¿Dejarán el egoísmo de lado para pensar o realizar el intento en la sociedad? ¡¡La que tanto los reclama!! Aún no entienden que ellos también dependen de nosotros, ya que al final de la historia el voto corre por nuestra cuenta.