Damos una vuelta por el Rosedal y, del otro lado del mismo, bajamos por el costado del Museo Sívori, entonces rodeamos al borde la bicisenda un bosquecito pintoresco con un inmenso mural. En el centro, se visualiza una bellísima estatua llamada «Neptuno» y es allí cuando nos percatamos que estamos dentro de la Plaza República de Serbia, toda una buena idea y ocurrencia para los ojos de los temerosos ya que, en dicho lugar, las sombras se apropian sobre un muro en una suerte de inseguridad.
Fue en 2016 cuando, el Ministerio de Ambiente y Espacio Público porteño, junto a legisladores de la ciudad y funcionarios de la República de Serbia, presentaron la puesta en valor del espacio verde ubicado allí, en Figueroa Alcorta y Dorrego.
El nombre de la plaza surgió a partir de un proyecto de ley presentado por Carmen Polledo y Cecilia de la Torre. La obra consistió en la colocación de panes de césped y de piso de goma en zona de postas aeróbicas, agregado de vegetación, reparación de la fuente Neptuno y nueva señalética. Además el parque cuenta con un mural artístico que representa el paisaje y la cultura de Serbia, que estuvo a cargo de la embajada y fue realizado por el artista ARTEZ.
Cabe destacar que, sobre la escultura El Neptuno en la valva marina era parte de un complejo escultórico que había sido encargado a los talleres franceses Du Val D’Osne en 1870. Las dos fuentes de la obra original se ubicaban en la Plaza de Mayo y estaban compuestas por dos Neptunos, uno anciano y otro joven, y dos Náyades. Las partes superiores de estas obras fueron posteriormente trasladadas a la avenida 9 de Julio. Por otro lado, uno de los Neptunos es el que se ubica y hoy presentamos en Foro de Baires. Es la misma fuente sobre la avenida Figueroa Alcorta, a metros de Dorrego. No en vano, el hombre no aprende pues, la bella obra hoy se encuentra toda manchada con escrituras y pictogramas.