El arte de escribir la palabra hablada
Servicios especiales en el Palacio Legislativo El cuerpo de taquígrafos convierte rápidamente al lenguaje escrito cada palabra que escuchan mediante el uso de signos especiales. Así, transcriben a la misma velocidad lo que se dice en las Sesiones, Audiencias Públicas y reuniones de las Comisiones y Juntas parlamentarias.
Registran lo que se habla a la velocidad con que se pronuncia. Son capaces de traducir al papel discursos de 90 a más de 150 palabras por minuto. Usan líneas rectas y curvas combinadas, círculos y ganchos pequeños y grandes, trazos breves y abreviaturas para convertir al lenguaje escrito los vocablos y frases que escuchan. Es su trabajo y les gusta mucho, si no fuera así le resultaría tedioso y hasta tensionante cuando reproducen debates en el recinto de sesiones, en las audiencias públicas o en las comisiones y juntas de asesoramiento que pueden durar varias horas. Integran el Cuerpo de Taquígrafos de la Legislatura de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires y su obra son las llamadas versiones taquigráficas, un valioso documento público.
Sabido es que el lenguaje oral se apoya en entonaciones, pausas, gestos que en el lenguaje escrito se pierden pero finalmente, el texto que conforma el Diario de Sesiones y de las reuniones resulta claro y comprensible pues en la vorágine de la palabra improvisada hasta el más elocuente orador suele cometer errores involuntarios que la versión escrita corrige únicamente en la forma.
La tarea es importante porque cada versión taquigráfica se confecciona siguiendo estrictas normas reglamentarias. Por ejemplo, cada jueves al realizarse la sesión ordinaria se ubican en la mesa de trabajo al pie del estrado de Presidencia, frente a las bancas. Lo hacen por pareja, uno más experimentado y otro más joven, durante 5 minutos. Junto a ellos un corrector sigue el debate a lo largo de 45 minutos. Un equipo de parlantes especiales para que la palabra hablada pueda ser escuchada claramente, les ayuda en la tarea. Algunos utilizan sólo lápiz y papel y otros una máquina de estenotipia. Actualmente son 29 profesionales que trabajan organizados entre 9 y 10 parejas por sesión.
Cumplidos los 5 minutos son reemplazados y se retiran del recinto para dedicarse a elaborar la traducción. El más experimentado dicta y el más joven escribe en la computadora de edición que tiene un programa especialmente diseñado para ese fin. Terminado este trabajo que les demanda aproximadamente 40 minutos están en condiciones de tomar un nuevo registro. El conjunto de los textos del debate acopiados conforman la versión taquigráfica “Preliminar” que queda editada al cabo de la sesión y es enviada a los diputados para que, de ser necesario y conforme a la norma reglamentaria, efectúen el control formal de sus intervenciones. Además, desde mediados de éste año, son publicadas internamente en un lugar del servidor asignado a la Dirección General de Taquígrafos que provee su par de Sistemas Informáticos.
Al día siguiente, personal del Cuerpo de Taquígrafos y de Despacho Parlamentario hace el armado del acta con la incorporación y procesamiento del material y las disposiciones aprobadas. Esta tarea demanda un tiempo que es variable según las características de cada sesión y porque debe contener las modificaciones formales e inserciones que soliciten los diputados.
Una vez concluido el proceso continuo de edición, revisión y corrección de discursos, textos y número de las leyes, resoluciones y declaraciones que produjo el Cuerpo Legislativo, la versión se publica internamente en el servidor como “Texto pendiente de aprobación por el Cuerpo”. Luego de ser aprobada por el Pleno pasa a ser documento público y es difundida en Internet. Cualquier interesado accede a los debates y normativa aprobada desde el año 1998 en que se constituyó la primera Legislatura, hasta la actualidad en www.legislatura.gov.ar/vt.php.
El Cuerpo de Taquígrafos funciona en el subsuelo del Palacio Legislativo con acceso directo por escalera al pie del sitial de la Presidencia en el interior del Recinto de Sesiones donde desarrolla su principal labor. Desde el 23 de agosto de 2007 la Sala lleva el nombre de Alberto Barcia, quien integrara el área desde su fundación y fuera director General al momento de su fallecimiento.
Es un área técnica que depende de la Secretaría Parlamentaria. Desde enero de 2010 está bajo la responsabilidad de Analía Pettinati, como Directora General; y de Liana Strasberg que es Directora de Ediciones.
“A lo largo de tantos años de carrera en esta Casa he conocido y amado mi profesión gracias a los profesionales, compañeros y colegas que supieron compartir su experiencia y cariño por esta labor. No puedo dejar de mencionar a Daniel Zattera, mi primer director allá por el año 1983 cuando entré al Cuerpo de Taquígrafos del entonces Concejo Deliberante, él estuvo como director durante casi 30 años”, comenta Analía. Ella, pertenece a una familia de taquígrafos pues su padre desempeñó esa función en los años ’50 cuando Perón era Presidente, luego en la OEA y después en el Senado nacional. Además, dos hermanas suyas son taquígrafas: una en la Cámara de Senadores y otra en la Cámara de Diputados de la Nación.
La cobertura de las vacantes de planta permanente se efectúa únicamente a través de un riguroso concurso público y abierto de oposición y antecedentes que incluye entrevistas y pruebas taquigráficas a los candidatos quienes además de tener como mínimo 18 años y título secundario completo o el ciclo polimodal, deben demostrar velocidad, calidad en la redacción de textos y conocimientos de cultura general.
El producto del trabajo de los taquígrafos es un documento en el que se da fe de las sanciones parlamentarias, al que recurrirán quienes quieran conocer, por ejemplo, cuál fue el espíritu del legislador con motivo de la sanción de determinada ley, lo que constituye una de las formas de interpretación del derecho. Los taquígrafos tienen la obligación de mantener reserva de todo lo que escuchan y registran. Son, al decir de muchos, los “trabajadores silenciosos” de la Legislatura.
Historia
La organización de los cuerpos de taquígrafos se remonta al siglo XIX y los concursos a principios del siglo XX. En la Ciudad de Buenos Aires las normas que regularon su conformación fueron gestadas en el año 1917.
El 4 de junio de 1943 se disolvió la Comisión Interventora de Vecinos que en 1941 había reemplazado al Concejo Deliberante, de modo que el Cuerpo de Taquígrafos reanudó sus funciones recién el 1 de mayo de 1958 y se mantuvo a pesar y sin perjuicio de los avatares a que circunstancialmente fue sometido a causa de las interrupciones del orden institucional.
La Dirección General de Taquígrafos de la Legislatura fue creada por Resolución 632/1998 el 3 de diciembre de 1998 a partir de un proyecto presentado por todos los bloques parlamentarios en el Expediente 7004-D-98. El 5 de octubre de 2001, mediante el Decreto 185, la Vicepresidencia I aprobó su estructura orgánica ratificando aquella resolución.
El 16 de noviembre de 1946 se fundó la Asociación Argentina de Taquígrafos Parlamentarios (AATP) entidad cofundadora de la Federación Iberoamericana (FIAT) y desde 1989 miembro de la Federación Internacional para el Procesamiento de la Información (Intersteno). También existe la Sociedad Argentina de Estudios Taquigráficos.
H.D.Vargas
Más información: http://www.legislatura.gov.ar/documentos/prensa/palaciolegislativo.pdf