El Pasaje Atacalco se ubica en paralelo a las vías del Tren General San Martín, en el corazón del barrio de Palermo, y constituye un verdadero rincón y oasis arbolado donde los turistas y vecinos pueden regodearse con su ecología.
Esta vía no se extiende más allá de una cuadra y, en medio del mundanal ruido, Atacalco guarda una enorme tranquilidad para descansar los oídos de los palermitanos.
Con ramas que se caen y desmoronan en inmensos árboles, las copas de éstos, van de una lado del San Martín hacia el mismo Pasaje.
La arboleda corre paralela a las vías del Ferrocarril San Martín, que a esa altura está en un punto equidistante entre las estaciones Palermo y Chacarita. Por ende, sólo de un lado hay viviendas, y son, en su gran mayoría, bajas y añosas. Cuando el trayecto termina, surge Honduras con todo su tránsito y el paso a nivel que la comunica con Juan B. Justo, y que de aquí a dos años, sería quitado como consecuencias de la elevación de la traza del ferrocarril, cuyas obras ya se iniciaron. Asimismo, sobre Honduras, casi en la esquina con Atacalco, no pasa inadvertida la enorme fachada de un boliche bailable. Es la que permite deducir que los fines de semana, de noche y de madrugada, el pasaje deja de lado sus encantos diurnos para volverse cómplice de las andanzas nocturnas de jóvenes… y no tan jóvenes (BACN).