El Palacio de Justicia de la Nación (más conocido popularmente como Palacio de Tribunales, o simplemente Tribunales) es un complejo arquitectónico estatal ubicado en Buenos Aires, donde es sede de la Corte Suprema y otros tribunales menores.
El edificio fue diseñado por el arquitecto francés Norbert Maillart. Su arquitectura mantiene una rigurosa simetría, que se acompaña a cada paso con símbolos que remiten a la idea de justicia, como la balanza o pequeñas hachas rodeadas de haces de varas, símbolos del poder romano. El espectáculo se inicia apenas se ingresa al hall de entrada: nos recibe la obra del escultor argentino Rogelio Yrurtia, una gran estatua de bronce, de casi tres metros de alto, que representa a la justicia. A los costados, pueden verse los coronamientos que representan las Tablas de la Ley sostenidas por figuras humanas.
Una parte del Palacio de Justicia fue inaugurada en 1910 por el presidente José Figueroa Alcorta, en el marco del Centenario de la Revolución de Mayo. Sin embargo, faltaba aún mucho por construir, y la Corte Suprema se instaló en el nuevo edificio recién en 1912, momento en el cual Maillart se desvincula de la dirección de la obra y abandona la Argentina. En 1914, en el marco del estallido de la Primera Guerra Mundial y por problemas administrativos y presupuestarios, la obra queda suspendida, para retomarse recién en la década de 1920.
Hacia 1925, el proyecto original fue modificado sobre la marcha debido al crecimiento del Poder Judicial, de tal forma que el remate original del edificio, que contemplaba una mansarda, cedió a un piso más, ganando la superficie necesaria. En ese momento se agregaron a la fachada las dos estatuas que coronan el remate y sostienen las tablas de la ley. Aún así, faltaban numerosos detalles en los interiores.
Luego de décadas sin el mantenimiento adecuado, las fachadas principales (calles Talcahuano y Uruguay) del Palacio de Justicia fueron restauradas por etapas, junto con los interiores del edificio, entre los años 2002 y 2007. En 2010, comenzaron las obras faltantes, correspondientes a los frentes laterales a las calles Viamonte y Lavalle, últimas necesarias para que el exterior del edificio recupere su aspecto original, ya que se encontraba deteriorado y deslucido por la adhesión de hollín a su superficie.
El Palacio de Justicia no es importante sólo por su belleza arquitectónica, sino también por la historia que guardan sus imponentes paredes. Visitarlo implica mucho más que la oportunidad de conocer con más profundidad el patrimonio histórico de Buenos Aires; también invita a sentir el lugar en el que se vive e imparte justicia. Fuente: Wikipedia y GCBA.
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