El monumento a Nicolás Avellaneda, es una arquitectura impresionante que surge dentro de los bosques de Palermo. La autora de esta obra es la escultora argentina Lola Mora (o Dolores Mora de la Vega de Hernández), quien, en este caso, firmó la pieza consignando también su apellido de casada.
Por ello, el historiador Oscar Andrés de Masi explica que, de aquellas esculturas de mármol podría afirmarse la influencia academicista italianizante de Monteverde (el autor de la estatua de Mazzini para Buenos Aires y del Cristo crucificado para la capilla del Cementerio de la Recoleta), de quien Lola Mora fue alumna y amiga en Roma. El monumento a Avellaneda recapitula aquella «maniera» expresiva y se integra, con análogos méritos artísticos, a los otros dos monumentos al ilustre ex presidente que posee la ciudad de Buenos Aires: su monumento funerario de lenguaje clásico en la Recoleta (obra de Félix Coutan) y su monumento de lenguaje moderno en Palermo ( obra de José Fioravanti).
Es importante destacar que, hubo trece maquetas presentadas, que fueron evaluadas durante un mes y fueron exhibidas al público en el edificio comunal. El fallo de la subcomisión favoreció a Lola Mora (seudónimo Lakmé y lemaVerba Selecta), entre los otros dos finalistas Garibaldi Affani (Ariosto) y Pedro F.Souza (Demóstenes).