Con una apertura algo estudiada, Felipe Miguel dio inicio al encuentro vecinal que presidió junto a Fernán Quiróz (Ministro de Salud Porteño) y Martín Cantera (Presidente de la Junta Comunal). El evento se realizó en la Rural de Palermo con una sala repleta de vecinos. Fue precisamente este Viernes 19 e Agosto pasado.
Ante todo, administrativos de Participación Ciudadana, preguntaron a los presentes si deseaban efectuar alguna pregunta. Así, los interesados se anotaron. Luego, al llegar los funcionarios comenzaron a preguntar sus dudas y cuestionamientos.
De este modo, todo hacía pensar que los vecinos presentes podrían reclamar aquellas peticiones que siempre hacen en sus encuentros ante legisladores y autoridades pero, esta vez, Fernán Quiroz comenzó invitando a aquellos que desearan comentar alguna anécdota originada en la triste etapa pandémica y fue ahí, cuando su frase se escuchó sorpresiva ante algunos vecinos que sonrieron. Otros, hasta esbozaron alguna que otra premisa: «Ah, no sabía que el encuentro era para hacer terapia de grupo».
Luego, al pedir la palabra, muchos de los vecinos oradores comenzaron a reclamar lo que siempre piden y nunca es solucionado porque pareciera que los políticos llegan, escuchan a los vecinos, se llevan el reclamo y se olvidan de todo. Allí, una señora se presentó y exigió lo que nunca fue resuelto. Habló sobre una causa que ha presentado hace tiempo y trata sobre ruidos molestos que alteran la zona de la calle Nicaragua. Por supuesto, el tratamiento estuvo fuera de lugar porque el que presidía la mesa era Fernán Quiroz. Aún así se le explicó a los presentes que los temas abordados se basarían pura y exclusivamente en la salud. De este modo, Martín Cantera ya respiraba alivio a esa altura, pues se acallarían las voces de esas vecinas «buyangueras» que, cada vez que lo ven, le reclaman a alta voz: «Martín, nosotras ya te te exigimos el reclamo pero voz no atendés nuestros llamados».
Sin embargo, y a pesar de la molestia de los vecinos, el evento comenzó y se llevó en buenos términos pero, muchos, fueron los que comenzaron a retirarse poco a poco.
Foro de Baires estuvo allí y realizó cobertura.
Video Cobertura
Sin duda alguna, el Ministro de Salud Porteño es uno de los favoritos de los habitantes de Buenos Aires de «Juntos por el Cambio». Por eso, se lo trata con inmenso respeto pero los vecinos del barrio quieren respuesta, más allá de las charlas pandémicas. Palermo requiere urgente solución con mayor seguridad en sus calles. Menos ruidos y más sombra de arboles que inviten a estar en los parques. Menos cemento y más oxigeno. Por eso, en el largo y monotemático discurso de los funcionarios porteños escuchamos, asiduamente, decir que habrá más fuentes de trabajo para todos con polos gastronómicos, espacios para deportes, etc, etc, pero nunca se le llama la atención a los empresarios que regentean los bares con su música estridente. Tampoco se les pone un límite en las largas madrugadas donde se reúnen borrachos y drogadictos en sus puertas mientras molestan a los que viven en la Comuna 14.
Pareciera que todo está justificado para que los habitantes que viven en el barrio sufran el descontento del invasor que ha tomado las calles para lucrar con su negocio porque, en él, se conjuga la mafia de los trapitos, de la droga, el alcohol y la miseria humana, pero nunca la justicia de los que exigen derechos. Los más perjudicados son esos que viven en el barrio y sufren la usurpación de la delincuencia que se hace mar abierto en las aceras de la comuna.
Está claro que el palermitano, hoy en día, es como un forastero que no tiene derecho a nada y, aunque reclame
a destajo sus justificadas oraciones, no será escuchado mientras el reclamo se pierde en las planillas de encuentros vecinales.