El cementerio de la Recoleta es uno de esos lugares con mayor densidad escultórica del mundo. Por ello, en la época en que fueron realizadas la mayoría de estas obras, las familias adineradas solían encargar tales trabajos exclusivos a escultores italianos que, con frecuencia, trabajaban el mármol de Carrara, material sumamente valioso que se conseguía en Italia y se traía a Buenos Aires por encargo.
Muchas esculturas son de índole religioso (cruces, vírgenes, ángeles, etc), mientras que muchas otras hacen alusión a la muerte (calaveras, huesos, etc) y a símbolos masones (antorchas, clepsidras, búhos, jarrones, etc).
Por otro lado, también se encuetan bóvedas ornamentadas con flores típicas en materia funeraria como siemprevivas, lirios, rosas, y otros afines.
El cementerio de la Recoleta se halla en el bello pasaje de la Recoleta, al lado del Centro Cultural Recoleta, en Junín al 1900.