
El Casco Histórico se caracteriza por la diversidad social y cultural de sus residentes, ya que allí viven empresarios, artistas, profesionales, empleados administrativos, mercantiles y gastronómicos, y trabajadores formales e informales. En él coexisten diferentes manifestaciones de la cultura local y de la foránea, producto de migraciones internacionales o incluso del propio movimiento de visitantes del exterior.
El Casco Histórico está conformado por los barrios de San Telmo y Montserrat, y parte de los barrios de Constitución y Barracas. Constituye un territorio de gran vitalidad urbana que reúne la historia y la memoria de la Ciudad. Contiene la mayor parte de los edificios más antiguos, además de otros de importante valor patrimonial de épocas posteriores. Las calles empedradas, las farolas, los balcones, las iglesias, los museos, las ferias, los cafés notables y el tango, hacen del Casco Histórico un extraordinario testigo del tiempo y uno de los referentes fundamentales de la identidad porteña.