El golpe de Estado cívico-militar del 24 de marzo de 1976 tuvo un profundo impacto en la vida política de nuestro país y también en el ámbito económico, social y cultural. Un hecho histórico que rompió con el orden constitucional y democrático, pero también con familias, amistades, parejas, proyectos de vida y sueños. La violación de los derechos humanos y de nuestras libertades convertiría a esta época en la más terrible de nuestra historia.
Durante los ocho años que duró la dictadura se instaló un aparato represivo para perseguir y eliminar a todo adversario político, que trajo como resultado la desaparición forzada y sistemática de miles de personas. Asimismo, se intervinieron los discursos, expresiones y espacios en donde se forjaba el pensamiento. La cultura, la educación y la vida pública fueron controladas y censuradas con el objetivo de impedir la libre circulación de ideas y el desarrollo del pensamiento crítico.
De este modo, el objetivo es construir colectivamente una jornada de reflexión y análisis crítico de la historia reciente. Por eso, en las escuelas se propone como un día para que los niños y los jóvenes, junto con los directivos, docentes y todos los integrantes de la comunidad educativa y local comprendan los alcances de las graves consecuencias económicas, sociales y políticas de la última dictadura militar y se comprometan activamente en la defensa de la vigencia de los derechos y las garantías establecidos por la Constitución Nacional, y del régimen político democrático.
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La fecha fue establecida en el año 2002 por Ley de la Nación 25.633, cuyo artículo 1º establece: “Institúyase el 24 de marzo como Día Nacional de la Memoria por la Verdad y la Justicia en conmemoración de quienes resultaron víctimas del proceso iniciado en esa fecha del año 1976.
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