No es novedad ver, en los parques y plazas de la Ciudad, una cuantiosa suma de botellas tiradas sobre distintas partes del campo. Foro de Baires, en su oportunidad, registró imágenes de esta problemática que se repite sin final. Ocurre que los adolescentes y jóvenes, sin generalizar, toman como punto de encuentro estos predios y comparten con amigos o parejas reuniones donde prima el alcohol. De este modo, al otro día, es normal encontrar una cadena de botellas en toda la más alta variedad de tragos, como éstas que hoy mostramos desde nuestro diario, las cuales encontramos en la plaza Unidad Latinoamericana del barrio de Palermo.
Por ello, según la Fundación Latinoamericana del Corazón, el consumo problemático de alcohol es uno de los principales factores de riesgo prevenibles de las enfermedades no transmisibles (cardio y cerebro vasculares, trastornos metabólicos, etc). Esta es la principal causa de muerte en la población de entre 15 y 49 años.
Además de ser un factor de riesgo de las ENT, el consumo de alcohol se asocia también a muertes y discapacidad por accidentes de tránsito -entre el 20% y el 50% de las muertes por accidentes de tránsito en el continente americano están asociadas al alcohol-, lesiones intencionales y no intencionales, violencia interpersonal, enfermedades infecciosas, enfermedades psiquiátricas, daño cognitivo y cáncer.
Las personas que beben durante la adolescencia tienen mayor propensión a consumir alcohol con un patrón de riesgo y son más vulnerables al consumo de alcohol y a sus efectos que las personas adultas. En este sentido, se ha detectado que quienes comienzan a beber antes de los 15 años de edad tienen cuatro veces más probabilidades de convertirse en dependientes del alcohol, y casi siete veces más probabilidades de sufrir lesiones en un accidente de vehículo o una pelea física.
Para reducir la carga de ENT asociadas al consumo de alcohol, las principales recomendaciones de la OMS y OPS son aumentar los precios de las bebidas alcohólicas mediante impuestos para reducir su asequibilidad; establecer una prohibición total de toda forma de publicidad, promoción y patrocinio de bebidas alcohólicas; limitar el acceso al alcohol de los menores de edad y fortalecer la respuesta de los servicios de salud. De acuerdo a la evidencia científica, estas políticas son las más costo-efectivas para reducir el consumo de alcohol en la población, especialmente en jóvenes.