Necesidad de sentirse capaz, de ser el mejor, del único modo que se puede aspirar a un lugar supremo inmerso de responsabilidades. De pronto puede resultar arrogante hasta que con escucharlo a diario, como así también estudiar su personalidad lo vemos humilde poniéndose a nuestra altura o al menos intentarlo.

Con el transcurso del tiempo no encontré un presidente que se siente a dialogar con nosotros de igual a igual. Siempre con tanto protocolo que no condujo a nada, si es que ellos junto a su gabinete fueron en busca de una solución.
De hecho resolver la problemática por la que transitamos será una solución para ellos sintiéndose más cerca de la sociedad, como así también más respaldados.
Deseo en esta ocasión encontrar esa posibilidad que durante la campaña se observó, de acercarse a dialogar con nosotros que tanto lo necesitamos.
Hasta hace pocos días manteníamos la incógnita, la misma concluyó una nueva etapa comienza. Con todo el nerviosismo que requiere, dado que no es tarea sencilla hacerse cargo de tal lugar candente por cierto.
Dios quiera se acomoden todos los hilos dando la posibilidad de ver salir un rayo de sol, iluminando a quien nos gobernará. Dejando de lado la confusión cumpliéndose de su parte lo prometido.
Mercedes Giangrande













