A todos nos han contado cómo nos arrullaron de pequeños, de recién nacidos, tan sólo podremos tener una imagen o en algunos casos una foto. Generalmente nuestra madre ha sido la primera en hacerlo. De la que tenemos gratos recuerdos como así también algún reto que seguramente nos hemos merecido, los que no empañan los momentos de alegría.
No todo ha sido ni es color de rosa, quienes la tienen la disfrutan mientras los que no contamos con su presencia la llevamos en nuestro corazón. Sabiendo que desde algún lugar nos ilumina. Nos envía toda la luz con el fin de que se nos cumplan todos nuestros deseos.
Hace pocos días atrás la Señora Presidenta de nuestro país, mencionó: que se consideraba la madre de todos los argentinos, palabras que menciono con el mayor respeto. Por lo tanto Señora Presidenta le ruego, le suplico que tome todas las medidas necesarias para rever el tema SEGURIDAD o para que se interprete mejor la INSEGURIDAD que nos toca vivir.
Tema que ya he mencionado anteriormente expresándolo de diferentes modos, con la idea de que haga ruido. No obstante está la vista que se vive un clima de tensión, sin saber cuándo nos tocará a nosotros.
Sostengo que una vida tiene una importancia infinita, no existe un término exacto que la califique, lamentablemente debemos padecer la pérdida de un sinfín de ellas. Pongamos un freno a la situación, busquemos la solución de modo inmediato.
No permitamos más vivir semejante dolor, tanta angustia, tantas pérdidas, continúo con la idea de que la vida es maravillosa, cada segundo, cada minuto debemos disfrutarlo. NO por temor que si salimos a la calle, no estemos seguros de regresar.
O por el contrario haciendo el recorrido a la inversa: volviendo a nuestros hogares tener la incertidumbre si alguien desconocido nos espera en la puerta, impidiéndonos que ingresemos al mismo.
Basta de sobrevivir al miedo, al temor, a la incertidumbre, al no saber cuándo. Deseamos una solución urgente, más que un deseo es una necesidad.
Mercedes Giangrande