La phablet de Samsung ha sido un auténtico boom. Pero no de la forma que esperaban sus creadores. Y es que este reciente modelo comenzó a reportar fallas a los pocos días de su lanzamiento. ¿La mayor de todas? Varios gadgets ardían en llamas durante el proceso de carga. De por sí, que tu dispositivo explote no es algo agradable. Pero el asunto se vuelve aún más preocupante si tomamos en cuenta que pertenece a una de las marcas de tecnología más reconocidas (hasta ahora) y experimentadas del mundo.
No sorprende, por tanto, que la noticia de los móviles explosivos se haya extendido como reguero de pólvora (de acuerdo, quizá esta no sea la comparación más inofensiva de todas). Samsung terminó por retirar definitivamente el Galaxy Note 7 del mercado.
Ahora bien, los teléfonos de la compañía surcoreana no han sido los primeros en incendiarse. En el pasado, ya se han reportado incidentes similares. Cada día que pasa, los equipos se vuelven más veloces, potentes y con mejores prestaciones. El problema es que las baterías no han evolucionado a la par del resto de las tecnologías para móviles. De esta manera, exigencias energéticas cada vez mayores las llevan a un límite que las pone en riesgo de sobrecalentarse y explotar. Si no se mejora considerablemente el rendimiento y la seguridad de las baterías actuales, la amenaza de ignición, aunque baja, seguirá latente. Softonic