Por Patricia Núñez Vega. Murió Ricardo Piglia, aquel niño que nació y creció en ausencia de literatura, pero que tan pronto aprendió a leer quiso ser escritor para encontrar el mecanismo que le revelara la magia de aquellas combinaciones de palabras que lo sacaban de este mundo. Ricardo Emilio PigliaRenzi, fallecido a los 76 años fue lector, crítico, editor, guionista, profesor de literatura y, sobre todo, narrador, Piglia nació en Adrogué, provincia de Buenos Aires, el 24 de noviembre de 1940. Vivió entre Argentina, EE UU y la literatura, pero pasó sus últimos meses en Buenos Aires a causa de una esclerosis lateral amiotrófica (ELA) que afectó a sus músculos pero no le quitó la lucidez intelectual y creativa, por lo cual trabajó hasta casi el último momento.
Desde su debut como escritor, en cambio, en 1967 con el volumen de cuentos La invasión, empezó a recibir el reconocimiento de sus colegas. Un libro donde aparece Emilio Renzi, su alter ego periodista y aspirante a escritor, habitual en sus obras. Sus historias se caracterizan por ser tramas sentimentales o de bajos fondos que esconden algún secreto, rodeadas por un suceso policial que lo lleva a indagar sobre el poder y sus resortes.
Autor de tres libros de cuentos, seis ensayos y una novela corta, Piglia escribió cinco novelas, entre 1980 y 2013. Desde la primera, Respiración artificial, se ganó un lugar entre los autores latinoamericanos indiscutibles posteriores al boom. A esa historia sobre la dictadura militar de su país le siguieron 12 años de silencio, hasta La ciudad ausente. Cinco años más tarde, en 1997, su literatura llegó al gran público con Plata quemada. Otros 13 años de silencio fueron interrumpidos con Blanco nocturno, en 2010, y una estela de premios. Su última novela fue El camino de Ida, en 2013, publicada en España por Anagrama, como las anteriores.
Antes de Respiración Artificial, escribió cuentos y ensayos sobre escritores, el arte de escribir, la crítica literaria y la edición; entre todos destaca Crítica y ficción