El Parque Centenario es uno de esos pulmones porteños que se ha transformado en un clásico de la elección.
Dentro de sus 12 hectáreas crece uno de los jardines más bellos de la ciudad, con diferentes especies de árboles y flores. Las rosas, los jazmines y las prímulas son las flores que más habituales, aunque también se destacan las de los palos borrachos y las del único ceibo del lugar. Los árboles de mayor altura son las araucarias y las tipas, que alojan a varios ejemplares de las 18 especies de aves que habitan en el parque.
En el centro de este jardín está el lago, cuyo entorno se convirtió en uno de los paseos preferidos por los vecinos, quienes salen a correr a su alrededor o simplemente se sientan a descansar en alguno de los bancos mientras disfrutan de la vista. Desde ahí pueden ver a la isla del lago, donde tienen sus nidos los patos y los gansos.
Este paisaje privilegiado es un escenario excelente para cualquiera de las propuestas del parque: espectáculos artísticos en su anfiteatro, visitas a museos y ferias artesanales, recitales de música, tardes en el skate park o en las plazas de juegos y muchas otras más.